lunes, mayo 02, 2005

a quien corresponda:

Sin sentido, me encuentro durmiendo en el ocaso de mi vida
Un fuerte viento, me arrastra marea baja, la arena se mezcla entre mi
alma y mi ser
Un poco despierta, intento aferrarme a vivir, intento aferrarme a dormir
Pero el sol golpea mi rostro, es hora de despertar.
Y abro lentamente los ojos, y me tropiezo contigo
Un poco adolorida, tomo la mano de aquel que me da confianza
Me da seguridad, apoyo, constancia e incertidumbre
Aquel que me provoca ser quien no soy, pero quien quiero ser,
llegar a ser, y mas que nada, llegar a estar.
En las manos del reloj, jugando a ser, a no ser,
Sintiendo la lluvia en la piel, refrescándose de aquella brisa que esta provoca.
Casualidades, cotidianidad, rutina, ¿qué es todo eso?
Y amando no ser, ni estar, un baile de rosas renace entre ellos.
Perfecta armonía entre esas morfologías y funcionalidad.
En medio de aquel glorioso vals, los momentos no importan
El tiempo se escurre entre los dedos, el mañana es incierto,
El dolor se va, la aurora regresa, un infortunio comienza a acechar
Inseguridad, niebla, un golpe a la razón, ¿dónde esta la precisión?
Entre el ruido, el bullicio, una voz apaciguo mi corazón, las dudas se despejaron
Y sigues estando aquí, en mis historias que contar,
En mis alegrías, en mis días, con solo mirar un trozo de tu ser
Se que tengo tan cerca, cerca de mis pulmones para poder respirarte,
Cerca de mi boca para poder probarte, cerca de mi piel y tocarte, Justo en mi corazón y llegar a amarte

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